jueves, 28 de noviembre de 2013

Un día de disfraces


He de confesar que la noche anterior al día que me tenía que disfrazar la verdad es que me sentía nervioso no por el miedo de ir disfrazado al día siguiente sino por ilusión de la experiencia.
Cuando me levante pues hice lo que hago todos los días me vestí, prepare la mochila, solo que esta vez me pinte la cara completamente de blanco y los labios y cejas de negro, por cierto iba vestido de mimo, mi disfraz consistía en una camisa, unos tirantes, un pantalón vaquero, unos zapatos mas o menos arreglados y un sombrero y la cara pintada como ya he dicho. Pues cuando salí de mi casa como por donde yo vivo no hay mucha gente pues no paso nada, pero tenía que ir a llevar a mi hermana a su colegio así que estuve por allí disfrazado hasta que me fui a casa de mi novia, la cual no le hizo mucha gracia que la levantase a las nueve de la mañana, pero se rió bastante al verme, luego me fui a casa de mi abuela a desayunar. El camino desde el colegio de mi hermana hasta casa de mi abuela fue bastante interesante ya que me iba fijando en las personas con las que me cruzaba y algunas se me quedaban mirando, la gran mayoría, pero sin embargo algunas pasaban de mi completamente me miraban y seguían a lo suyo. Cuando llegue a casa de mi abuela he decir que empezó a reírse ya que no se esperaba que yo llegase así a su casa, bueno cuando termine de desayunar me fui a dar un paseo por el centro del puerto ya que no me hacia gracia estar disfrazado para perder un poco la vergüenza y estar encerrado en casa de mi abuela así que paseando por el centro la gente ya me miraba más, pero a mi me divertía es una experiencia que se la recomiendo a cualquiera. Cuando llegue al instituto fue agradable saber por fin lo que pensaba la gente y oí y que a pesar de todo era un disfraz chulo. Pues llegó la clase de Historia y la verdad es que como siempre me han dicho que es de mala educación tener la cabeza cubierta en un sitio cubierto pues me daba cosa ponerme el sombrero, pero aun así me lo puse ya que era parte del disfraz, en la siguiente clase que era de Ingles pues me tocó ponerme en primera fila, pero no fue tan duro como pensé ya que los profesores ya estaban avisados del tema los últimos diez minutos de la clase de ingles tuve que acompañar a mi amigo Antonio a hacer unas copias para una huelga que había en esa misma semana así que nos fuimos a una papelería y nada, la gente como si no estuviera. Cuando llegamos al instituto me toco Geografía en la cual pues ya se me había pasado la vergüenza a ponerme el sombrero en clase y sin problemas. Cuando salí fui a donde me suele recoger mi madre todos los lunes y recuerdo que en ese momento los que más me miraban eran los niños chicos ya que a ellos si les debía de chocar más ver a alguien disfrazado por la calle.
En conclusión la verdad es que es una experiencia que volvería a repetirla siempre que pueda e invito a quien lea esto a que lo pruebe algún día, si le quiere quitar peso al asunto porque le parezca algo muy fuerte que vaya con un amigo así os echáis unas risas los dos juntos, es más sin ir más lejos ayer sábado me fui al Mangafest en Sevilla con unos amigos y nos disfrazamos de Bandolera esa serie de dibujos animados que echaban en Canal 2 Andalucía y nos pidieron alguna que otra foto y nos reímos mucho. Yo animo a todos los que lean esto a que una vez en su vida prueben la experiencia de ir disfrazado por la calle sin ningún motivo, es verdaderamente divertida y si le da mucha vergüenza puede ir a estos sitios en los cuales mucha gente va disfrazada y no le van a decir nada por ir así.
Un saludo.

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